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Mucho ruido y demasiada oferta: por qué empezamos a estar un poco saturados de podcast

Presentación de Estación Podcast en la Casa de América.

Pasamos los días recibiendo incontables estímulos audiovisuales por tierra, mar y aire. Por pantallas de todos los tamaños, fijas y móviles, o dispositivos de audio que empiezan por la radio y acaban en la música pasando por los podcasts. Un nuevo camino este último, el de los contenidos hablados, aún en transformación y expansión, en el que se vive cierta sensación de congestión por el exceso de producción a todos los niveles, desde el más ambicioso y profesional hasta el amateurismo puro del 'háztelo tú mismo'. O con tu primo.

"Hay mucho 'yo y mi primo' en el podcast", bromea con infoLibre el director de contenidos de la plataforma Sonora, Pablo G. Batista, quien establece una comparación con el auge de los blogs quince años atrás: "De repente, es una manera maravillosa para expresarse, con libertad de espacio y libertad editorial. Los blogs nos dieron eso, podías escribir y llegar a tu comunidad, con lo que había blogs de todo. Incluso había blogs de blogs. Pues bien, con el podcast está pasando esto, hay podcast de podcast. Y podcast muy de nicho, lo cual es increíble, porque está muy bien que una comunidad pequeña de gente interesada por algo sectorial tenga la capacidad de comunicar a otros. Eso es muy aprovechable".

Una vez lanzado este planteamiento, concede también Batista que estamos en un contexto con "un poco de ruido en el que hay quizás demasiado contenido", algo que termina penalizando al propio usuario que, como ocurre con las plataformas de vídeo en streaming, termina por no saber qué contenido escoger según sus intereses. "A mí mismo, como persona metida hasta las cejas en esta industria y que quiere escuchar cosas de calidad, muchas veces se me agota la paciencia intentando encontrar cosas que merezcan que le dedique mi tiempo", admite, destacando su intención de que Sonora, de alguna manera, pueda "aportar valor y hasta cierto punto también legitimar la categoría de audio".

Sonora, de hecho, fue el gran dinamizador del sector del podcast en nuestro país en 2022 con nada menos que 84 títulos de los 263 producidos por las ocho principales plataformas (220 horas de las 1.830 totales). Después se sitúan Podimo (58 títulos, 429 horas), Audible (37 y 393), Podium Podcast (34 y 215), Cuonda (19 y 267), Spotify (17 y 160), Ivoox (10 y 118) y Amazon Music (4 títulos y 27 horas), según datos del estudio Tendencias de producción en el mercado del podcasting en España del Observatorio Nebrija del Español de la Universidad Nebrija. A estas cifras hay que sumar otras que resultan prácticamente incontables elaboradas por organismos independientes, medios de comunicación, empresas y organizaciones de todo tipo. "Se ha dado un momento en el que ha entrado mucha gente de golpe, muchos agentes nuevos a producir, y eso puede dar sensación de saturación", resume Gallego.

"Hay cosas increíblemente bien hechas que a veces es complicado encontrar entre el ruido porque todavía podcast es una categoría muy amplia en la que cabe todo", apostilla Batista, quien partiendo de la broma del 'háztelo tú mismo o con tu primo', apuesta tanto por la calidad como por la prescripción, ya sea de gente o de sitios donde encontrar "cierto criterio y una cierta criba" para al menos poder definir categorías que ahora mismo no están definidas. Porque no es lo mismo alguien que graba y publica de manera independiente algo en su casa con un micrófono que una producción más costosa en tiempo, investigación y recursos pero, precisamente por la aún juventud del podcast, tendemos a meterlo todo en el mismo saco.

Se llega así a cierta sensación de saturación, casi de que cualquiera puede tener su propio podcast, si acaso no lo tiene ya (preguntando a nuestro alrededor nos sorprenderíamos, aunque es verdad que hay veces que es mejor no preguntar). Una sensación de atiborramiento que, en cualquier caso, "se puede aplicar a toda la industria cultural en general, donde hay muchísima producción de todo", en opinión de Nacho Gallego, profesor e investigador de la Universidad Carlos III de Madrid y director de contenidos de Estación Podcast, el festival del formato que estos días celebra su segunda edición en diferentes sedes de la capital: Casa de América, Círculo de Bellas Artes, CentroCentro, Serrería Belga, La Casa Encendida y Casa de México.

Del 9 al 13 de mayo, Madrid vuelve a convertirse en la "capital mundial de la creación sonora en español", en palabras de Carlos Galán, director de Estación Podcast y CEO de Subterfuge Records, sello discográfico independiente que se incorporó al podcast hace un lustro largo a través de Subterfuge Radio. En total, cinco días repletos de podcasts en directo, estrenos, talleres, mesas de debate, sesiones de networking y encuentros con autores y diseñadores para analizar el presente y abrir sendas a futuro de un formato que ha llegado para quedarse. "Me parece que es un sector en crecimiento claro y que haya mucho de todo es bueno para todos", apostilla Galán a infoLibre.

"¿Hay saturación? Bueno, es como todo, es como la música. ¿Hay demasiados artistas? Hay muchos músicos para el número de salas y de festivales, sobre todo viendo luego como se repiten carteles", plantea, para acto seguido tratar de visualizar el futuro inmediato: "Al final, creo que es como en cualquier sector de cualquier tipo de disciplina. Primará la calidad y el que tenga algo que decir y que contar que interese a la audiencia. A mí me parece interesantísimo que haya mucho para que al final haya una selección natural. Mientras tanto, los oyentes siguen creciendo de manera clarísima, es algo que nosotros notamos en nuestra plataforma".

"Hay una sobresaturación de producción cultural en general, eso está bastante claro", insiste Gallego, quien enumera que es algo que afecta a los libros, los discos, las películas, las series o incluso la prensa escrita digital. "Es como algo común a todas las industrias culturales. Se suben al día millones de podcast, de canciones, de noticias, y esto evidentemente hace que sea complejo ser visible. En el caso del podcast hay muchísimo porque es un sector donde las exigencias de acceso son, digamos, muy bajas, por lo menos para grabar y subir el contenido. Por eso, evidentemente, hay muchísima producción, pero lo que va ocurriendo al mismo tiempo es que se va consolidando poco a poco un sector más profesionalizado", explica.

La CEO de El Extraordinario, Mar Abad, ve también un momento de oportunidad en una "industria jovencita" con un público claramente creciente que aún tiene que introducir el podcast en sus "hábitos de vida y de consumo de medios". "Queda mucha gente por conocer el podcast. Es como cuando no teníamos las plataformas audiovisuales, al principio había que ir sacando tiempo y al final resulta que se está comiendo nuestro tiempo. Y como siempre hemos tenido mucho tiempo para la radio, ahora se trata de añadir el podcast", defiende a infoLibre, remarcando la importancia de tener esa "compañía sonora" que entra en un momento en el que no puede entrar "la pantalla, ni la lectura, ni el audiovisual". 

"Queda mucho por hacer", continúa Abad, quien aclara, eso sí, que mucha de la gente más escuchada ahora son los pioneros del podcast que llevan una década en ello. Por eso, aclara divertida que hay que "dejar los unicornios a un lado" y fijarse en la vida de verdad, donde hacerte un "hueco en esta industria de la atención es dificilísimo". "Eso de que cualquiera tiene un podcast y va a triunfar... vamos mejor a poner los pies en el suelo porque se necesita una máquina de difusión, presupuestos para publicidad y talento. Lo que es más interesante es que ahora cualquiera con un poco de destreza en el mundo digital puede encontrar programas gratuitos, comprarse un micro decente y tener su podcast. Eso es maravilloso. Yo me emociono cuando veo que los adolescentes hacen podcast en sus clases de Lengua y ya no tienen que tener un gran estudio de radio", argumenta.

Sea por donde sea, el camino ahora mismo del podcast es, para Batista, "irreversible". A su juicio, de hecho, "vamos hacia el audio a demanda igual que el video a demanda", en un momento tan embrionario todavía como el de los hermanos Lumière en los inicios del cine. "Casi casi somos como ellos con una lata debajo del brazo llegando a los pueblos diciendo 'vais a flipar con lo que traigo'", bromea, asegurando que el podcast se está consolidando a su ritmo, "pero probablemente a una velocidad más lenta de la que les gustaría a los que han puesto mucho dinero".

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"Ese proceso está tardando un poco más, pero ya van entrando marcas que antes no estaban", coincide Gallego, quien resalta que ha empezado a entrar dinero en la producción pero falta consolidar el mercado de la publicidad. "Pasará como con otras formas de publicidad en las que la adaptación costó, como puede ser en la prensa digital, pero poco a poco las estrategias fueron modificándose", plantea, poniendo además en valor el momento actual de "transformación muy fuerte de la industria, que se está ya consolidando con una estructura diferencial de industria cultural específica", con sus propias dinámicas de producción y difusión y la aparición de muchas productoras independientes.

A Galán, con larga experiencia en la industria musical, esta etapa del podcast le recuerda "muchísimo a la música en 2009, cuando el formato físico empieza a desaparecer y el streaming no daba un duro y había que regularizar muchas cosas". "Con aquellas primeras facturas no te podrías creer que la música iba a vivir del streaming, era absolutamente inviable. Esto es parte de todo este proceso de crecimiento del sector y el formato, que pasa por regularizar muchas formas de patrocinio. Pero esta es una industria en crecimiento absoluto", destaca. Y agrega: "Sinceramente creo que el podcast es la gran revolución en la comunicación de los últimos años".

Para terminar, Abad señala que los problemas son los de "siempre", esto es, "que no somos un país con unas grandísimas inversiones y que la información se paga fatal cuando se paga", por lo que esta no es ni mucho menos una "industria de minas de oro". "Pero es muy bonito porque queda tanto por hacer. Los últimos años han sido de mucha lectura y de mucha pantalla del audiovisual, pero hemos descuidado un poquito nuestra esencia de voz radiofónica de la segunda mitad del siglo XX, cuando había radionovelas y radioteatro y no había llegado todavía la televisión, ni leía tanta gente. La voz y la radio tenía una presencia grandísima en la vida de las personas y las familias, y yo creo que ahora estamos también en el momento de recuperar esos espacios de voz que desde que llegó la radio han sido tan protagonistas de la vida de la gente", remata.

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