El futuro de la izquierda

Pablo Iglesias, el ariete mediático de Podemos con el que Yolanda Díaz no contaba

Iglesias y Díaz, en una imagen de archivo.

La entrevista de Yolanda Díaz de este domingo en el programa del periodista Jordi Évole en laSexta sirvió para constatar muchas cosas. Una de ellas es que Pablo Iglesias sigue tan presente en la política española como cuando se marchó del Gobierno y dejó sus cargos orgánicos hace ya dos años. La relación de la actual vicepresidenta del Gobierno con su antecesor en el cargo acaparó gran parte de las preguntas y, pese a que normalmente trata de evitar las críticas directas hacia Iglesias, Díaz habló más de él de lo que lo ha hecho en todo este último año. 

La líder de Sumar dijo, por primera vez, que consideraba excesiva la presencia de Iglesias, un reproche que hasta ahora solo deslizaba en privado. "Hay que dejar volar a la gente en política. Hay que dejar hacer. A todo el mundo", señaló, al tiempo que destacó que no imaginaba que Iglesias jugara "un rol tan agudizado" tras dejar la política institucional. "Lo creo yo y toda España", manifestó. Díaz también reveló lo mucho que se enfadó cuando Iglesias la designó, de manera oficiosa y sin consultarle previamente, como su sustituta para ser la candidata a la presidencia del Gobierno.

Aunque el exlíder de Podemos no estuvo presente de manera física en la entrevista, sí lo estuvo de manera metafórica gracias al jarrón chino colocado detrás de Díaz. Un guiño —nada casual— en relación a la frase acuñada por el socialista Felipe González para referirse al papel de los expresidentes de Gobierno: "Se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad estorban en todas partes", dijo González. El propio Iglesias se reconoció en ese jarrón ante los micrófonos de la Cadena Ser. "Claro que era yo", afirmó este lunes, alabando la habilidad del equipo de Évole para crear esa potente atmósfera "estilo Kill Bill".

Sin embargo, Iglesias desdeñó las críticas de Díaz y dejó claro que él "no se va a callar" porque, precisamente, eso es lo que le ha pedido la actual líder de Podemos, Ione Belarra: "Estoy cumpliendo el rol que me pidió cumplir mi secretaria general, que es la secretaria general de Podemos y que se llama Ione Belarra. Ione me pidió ser un activo mediático del partido, básicamente porque no hay casi nadie que defienda las ideas de Podemos en las televisiones y en las radios", defendió el exvicepresidente del Gobierno. Lo explicó por la mañana en una tribuna publicada en Ctxt y por la noche en La Ser. "No me pienso callar por mucho que les moleste lo que pueda decir. Expreso mis opiniones con educación y respeto a todo el mundo y además creo que es una cosa buena para mi partido. Me lo han pedido y lo voy a seguir haciendo", zanjó.

Además de en estos medios, el exlíder de Podemos también colabora con la radio catalana Rac1, con la televisión pública TV3 y dirige Canal Red, una televisión online que comenzó sus emisiones hace un mes. Iglesias se siente cómodo en esa función de ariete mediático y él mismo ha confesado que no volvería a la política institucional "ni en su peor pesadilla". El exvicepresidente es consciente de que no a todos en el grupo confederal comparten esa estrategia, pero preguntado por infoLibre tras el nacimiento de la televisión, Iglesias aseguró que esas críticas formaban parte de un "relato": "Yo sigo haciendo lo mismo que hacía antes de empezar con Podemos: apostar por la intervención mediática como espacio de intervención política", defendía. Y añadía que ya "le gustaría influir tanto" como Vicente Vallés, Antonio García Ferreras o Ana Rosa.

Lo cierto es que nadie niega que el vicepresidente segundo sigue teniendo mucha influencia dentro de Podemos. La dirección, con Belarra a la cabeza, cierra filas con esa estrategia y considera que Iglesias "ayuda" a que "su mensaje cale", según trasladan voces del partido, mientras que otros miembros del espacio como Izquierda Unida o los comunes comparten la crítica de Díaz sobre su "excesivo papel". Iglesias asegura que ya no se siente atado por los corsés de la política institucional y por ese motivo se permite decir lo que Belarra o su número dos, Irene Montero, no pueden. Y precisamente ellas, al igual que otros miembros de la dirección del partido como el portavoz parlamentario, Pablo Echenique, utilizan los artículos de Iglesias o sus opiniones en los diferentes espacios mediáticos para canalizar la crítica hacia Díaz. El fundador de Podemos consulta asiduamente a miembros de la dirección del partido antes de realizar sus intervenciones para saber por dónde respira el partido y evitar mensajes contradictorios. 

La 'invisibilización' de Ione Belarra

El hecho de que tanto Évole como Díaz se dirigieran a Iglesias como el interlocutor de Podemos ha molestado en el seno del partido, que considera que se invisibilizó, de manera premeditada, a Ione Belarra. "Hacer política feminista es no ignorar a la secretaria general que dirige un partido", ha criticado este martes la coportavoz de la formación morada, María Teresa Pérez, en Canal Red. Desde el entorno de la vicepresidenta segunda se defienden de esos reproches y aseguran que Díaz mencionó en dos ocasiones a Belarra en la entrevista con Évole y una fue para recalcar que es ella la actual líder del partido. En ese sentido remarcan que la vicepresidenta no fue quien "eligió las preguntas" y consideran que si la gallega hubiera optado por no contestar también se la hubiera criticado por "evitar hablar de Pablo" o "tratar de borrarlo" de algún modo.

A juicio de Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos y cercano a Iglesias, la culpa de que se "ignorara" a Belarra durante la entrevista no es del exvicepresidente, sino del periodista. "¿Es culpable Iglesias de que Évole, en la lógica de laSexta, ignore a Ione Belarra y solo pregunte por Iglesias? Las críticas de Yolanda a Pablo me recuerdan a las críticas de los generales norteamericanos a las baterías antiaéreas que defienden un país. Las quitan y entonces de inmediato les invaden", expone en conversación con infoLibre. Sin embargo, Monedero sí que admite que hay que "replantear" algunas cuestiones sobre la presencia de Iglesias como, por ejemplo, "el tiempo de la intervención en Rac1". "Siempre es antes que la rueda de prensa de la Ejecutiva, lo que aprovechan los medios para ocultar a Podemos y concentrar la información en Iglesias. Se solventa pasándola al martes", plantea.

Monedero, al igual que la dirección morada, cree que Iglesias es "un enorme activo" para Podemos. "Todos los partidos tienen gente defendiendo sus propuestas en los medios. Lo único que hay que hacer es que los medios no presenten las reflexiones de Iglesias como portavoz de Podemos, sino que le den voz a los portavoces reales, entre ellos a Belarra. La entrevista de Évole es evidente: Iglesias, Iglesias, Iglesias. Igual es así porque los medios lo quieren así", reflexiona. Por su parte, desde el equipo de Díaz aseguran que su interlocución siempre es con la secretaria general o con la secretaria de organización, Lilith Verstrynge, pero lamentan que al final "acabe respondiendo siempre Pablo en los medios".

"Matar al padre"

A juicio del analista y consultor en comunicación política Eduardo Bayón, el principal problema de Belarra es que su liderazgo "no está consolidado". "Yolanda Díaz invisibiliza a Belarra como líder de Unidas Podemos y el tirón y la influencia de Iglesias también impide que se consolide su liderazgo a nivel orgánico. Él es el mayor referente que ha tenido la izquierda en cuarenta años y la magnitud de su liderazgo no es el mismo que el que tiene Belarra. Incluso Irene Montero tiene más proyección que ella", analiza.

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No es fácil liderar una formación "después de una figura tan importante y carismática como la de Iglesias", asegura, por su parte, la experta en comunicación y analista política Verónica Fumanal. "Es un reto para Belarra pero también para Montero o Verstrynge. Hay un tema de cultura política en todo esto en el que parece que hasta que no matas al padre tu liderazgo no se consolida", expresa en conversación con este periódico. Con la expresión "matar al padre" Fumanal se refiere al hecho de que un nuevo liderazgo "se separe del anterior con alguna desautorización o discrepancia" como sí ha hecho Díaz con Iglesias. "Si no lo haces, se entiende que hay un liderazgo tutelado o por delegación".

Fumanal recuerda que esto "no solo le ha pasado a Podemos" sino que es una situación que se da de manera habitual en política. "Después de José María Aznar, su sucesor, Mariano Rajoy, tuvo que matar al padre, desacreditarlo y ganarse su liderazgo en el Partido Popular. También le pasó a Pedro Sánchez y a José Luis Rodríguez Zapatero en el PSOE respecto de Felipe González. Sucede siempre que figuras muy míticas, carismáticas y con muchísima influencia dejan un espacio político para que otros puedan tomar las riendas", precisa.

La analista cree que Iglesias "debería cuidar mucho las formas" y ser consciente de su rol. "No se está diciendo que no sea un activo comunicativo de Podemos, sino que puede hacerlo desde una posición más secundaria. Es decir, uno puede estar asumiendo un rol subalterno o puede pensar que sigue liderando la organización", opina. Bayón cree que el hecho de que Iglesias dé su opinión de manera diaria analizando las cuestiones de actualidad y comentando "todo lo que ocurre en ese espacio político" de la izquierda tiene como consecuencia que él siga siendo el principal referente. "Tiene todo el derecho del mundo a hacerlo, pero evidentemente lo que él diga va a tener más peso que cualquier otro cargo por ser el referente de ese espacio", zanja.

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